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García Márquez (Visitante)
23-05-2025 17:04 (UTC)[citar]
La escritura de fanfictions era el refugio de Fabiola frente a las infidelidades de Alberto Fernández. Cada tres días, Fabiola se sentaba y escribía un poco. Luego escribía todos los días, religiosamente, una, dos, tres horas. Tras la feroz golpiza del Presidente tras la filtración de las fotos del cumpleaños, la Primera Dama se encerró a escribir durante doce horas.

A veces sobre personajes ficticios, aunque una vez hizo una historia con Nancy Duplaa y Florencia Peña. Era muy buena, pero no se lo podía mostrar a nadie, porque los hackes peronistas se lo borraban. El Ministerio de La Mujer ignoraba sus súplicas. Finalmente, Fabiola les mandó esta historia:

"Vergeta, ya me has secado", comentó el buen Kokún luego del afamado y épico combate en Fondo de Bikini (un excelente contenido excitante que luego divulgaré para su deleite). Vergeta quería MÁS. Bils le había propinado una golpiza mindbreak netorare stinkfist fistfucking y luego lo sentó durante un largo rato en una silla Sybian androide del Dr. Güero. Además le hizo beber jugo de chicle Bubbaloo que manaba de un ciberdildo con el que empernó a un feminizado Mecha Freezer que le acompañaba.

Vergeta cuando lo vio tuvo una venosa erección cuyo ki se sintió hasta en la convulsa Venezuela (y eso que estaban sin Whatsapp). Freezer llevaba una remera verde y una pollera rosa. Vergeta lo abrazó y le dijo con su sensual doblaje dominicano autune "Te voy azele-lamol, chibolo". Freezer lo miró como quien no quiere la cosa, pero su fiel asistente Guiñú le frotó vaselina marca Messi en el ano, ano tan puro y ario que no necesitaba blanqueamiento anal.

Vergeta ya supuraba de la punta saiayina harto líquido preseminal.

El rival y amigue aliade del querido Kokún le prometió mil cosas al travestido maligno cabezón. Le besó la nuca mientras le seguía eyaculando en el chiquito. Le prometió mil cosas y le mentía como un político.

"Nunca más te voy a pegar, nunca más te voy a matar, nunca más voy a amar a otro bichito lindo como tú, mi pálido Cocomiel."

Freezer se dejó hacer. Hacer y decir. Es verdad que estaba condenado a perder. Pero no era tonto: Esta historia era siempre igual.

Pero le gustaba el abrazo del guerrero monkey, le gustaba esa pichula jugosa y fervorosa, las bolas golpeando en su perineo.

"Nada es para siempre", pensó.

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