minichan

Intenté pensar, pero la insatisfacción de la muchacha sin rostro se traducía en una estática que me hacía zumbar la sabiola. La capocha. El marulo. La cabeza de arriba.

Intenté pensar jugadas de ajedrez, rutas de escape, ¿cómo podía salir de este berenjenal?

"¿Qué sabes de los humanos?" intentó el humano y ella "¿qué sabes de los Slendy, ingrato? ¡Muere! ¿Creés que soy ignorante?"

*Humano muere, fin de la partida*.

"Te recuerdo que los humanos macho gastan zinc y valiosos nutrientes tras eyacular. Necesito reposo y comida para restaurar mi semen. Necesito zucaritas de Kellogg's del Tigre Tony, necesito alfajores, tutuca, chipa, unos buenos teres o sino un mate cocido..."arriesgó el humano y ella "¿Te creés que soy tu sirvienta, tu camarera, pinche weón vale callampa? ¡Muere!"

*Humano muere, fin de la partida*.

"Te amo, tengo dinero en mi cuenta bancaria. No sólo pesos, tengo dólares, bitcoins..." descaradamente mintió el humano y ella "Bien, bien... eso me parece impresionante. Viéndote, juraría que eres un pelagatos, un ganapan, un gilipollas y un pagafantas. Pero podría dejarte vivir un poco más... quiero tu semen, después de todo."

*Humano miente. Cada mentira es una deuda con la verdad. Tarde o temprano, hay que pagar esa deuda. Pero HUMANO VIVE.*

Ahh...

"Humano vive" pensó Tony Mecos. El intenso dolor de cabeza cesó su insistencia.

"Mentí como un sucio político, qué hijo de puta que soy. Pero ahora no es tiempo de moralismos."

Y se desvaneció sobre la cama mientras la chica sin boca le besaba el pecho y le ensortijaba los cabellos.

"Yakko, te quiero" me susurró Dot y yo le dije que también. Ella me tocaba las mejillas, me jalaba los cachetes. "¡Ouch!", me oí decir.

Se deleitaba conmigo. O eso parecía. Se revolvía entre mis piernas hasta que se detuvo y me miró ruborizada.

"Y sí, boluda" -pensé- "se me paró la garcha, ¿qué te pensás?"

Como si tuviera telepatía, me miró. Y entendí algo así como "¿Me la mostrás?"

¿Y qué le iba a decir? Era mi hermana del alma. Junto con el esquizo de Wakko, son lo único que tengo en este mundo de falsedad y horror. Los excesos criminales en Israel y Palestina son horrendos como los desastres de la guerra que ilustró don Francisco de Goya y Lucientes.

Pensando en aquellas crudas estampas de desolación, conseguí que mi pedacito se pusiera blando nuevamente. Escuché a Dot bufar. Súbitamente, se arrojó a mi cuello y me empezó a besar fuerte, no a la manera de Kokún. "Soy una vampira y te voy a chupar el pico" y así descendió a lo largo de mi cuerpo y mis pantalones volaron. Dejé de pensar en Goya y pensé en argollas. En Sonic y Tails haciendo el delicioso. En la célebre animación webm de Theobrobine donde en la tienda pokemon Lucario y Cinderace se estimulan sonriendo con música y alcohol y lo siguiente que supe fue que miraba el techo como si una bomba de placer hubiese impactado desde dentro de mi mente. Se me ocurrieron miles de chistes y en un segundo los olvidé.

Escuché a mi hermana beber mi simiente.

"Pero eres menor de edad" y ella "el alma no tiene edad" y yo "pero, pero está prohibido por las religiones abrahamicas cuya fe no cultivamos" y ella "todo vale porque la pasión no espera".

Luego ella muy divertida se puso de pie y tragó saliva nuevamente para terminar de ingerir el adherente semen que quedó en su garganta. Y bailó la coreografía de "Aserejé, dejá, dejé".

Comencé a cantar para ella, imitando a Fito Páez: "einsebi uno uva amarame an the we lee bee pee".

Ella se acercó danzando moviendo sugestivamente sus pequeñas caderas y arrodillándose sobre mí con sus piernas a mis costados me tomó de los cachetes y, sin dejar de mirarme...

Desperté.

"Ya fue, ya fue todo", pensé.

En el sueño, desde la óptica lateral del corazón eludiendo la razón que pregonaban los iluministas, le dije a la hija de Fatman:

"Te pido perdón. Sólo buscaba al capitán Acab. Y te vi y te deseé. No quise lastimarte. Para no morir, te mentí. SOY POBRE. TURBO-POBRE. Me mantengo vivo porque vivo con mis padres y mis abuelitos comiendo polenta y las miguitas de galletitas que me dona la escuela culera".

Ella me miró.

"Quizá muera hoy, quizá le vuelva a fallar a los viejos oligarcas del aburguesado Cabaret Voltaire. Pero ya fue. Ya fue todo. El cielo con las manos toqué cuando te abriste para mí."

Ella me abrazó fuerte. Sentí la calidez infrecuente de la pureza de un abrazo.

"Gracias, humano. Me han prometido y todo lo prometido, defraudado. Me han golpeado, me han ofendido, me han manoseado. Me han arrojado piedras los cristianos que luego disparaban munición de plomo sobre la casa de la gente de La Tierra. [Nota del autor: sobre la casa de los mapuches] Pero nadie, NADIE NUNCA, me había dicho la verdad."

Ella lloró y me abrazó como si yo fuera una bendición, el arcángel Gabriel o algo así.

Y aunque todo lo defraudo porque sólo soy un mono que habla, quise llevármela conmigo y comprarle golosinas. Mostrarle mis pergaminos de poder y mis álbumes de historietas de Mafalda y Condorito hentai crossover yandere edition.

Ella era el capitán Acab. O mejor dicho, el capitán Acab era un rumor para emboscar humanos ambiciosos. Sólo los ambiciosos se adentraban a ese bosque a morir en los tentáculos de la familia Slenderman.

El abuelo Slenderman aún podía desaparecer hasta cinco humanos de un latigazo de uno de sus cosos. Pero la artrosis y el alzheimer lo tienen a mal traer.

Bueno, la verdad es que tengo esa misión que me encomendaron. Pero me parece que me voy al carajo y ya fue. Tengo una guitarra, compuse unas canciones. Podría ir a la plaza y...

Fatman aparece y me dice que le toque la panza. Es un vientre abultado, voluminoso y sensual. Hacemos un trío erótico y ahí me revelan que el Centro de Jubilados Cabaret Voltaire es una fachada para captar fulanos que por diversos eventos, se vean impulsados a la obtención de semen de ballenas.

"Además, ya no hay ballenas. Los chinos las extinguieron a todas 100% real no fake".

Pero yo vi una, le dije. Sí, pero la que has visto es una ballena robot. Un dron hueco, una estructura de varillas de titanio con piel de algas nori. O algas combu. No sé.

Me puse triste. Todo era falso.

"Bueno, vos también me mentiste, querido."

De pronto, me sentí como si la conociese de antes.

Como si hubiésemos estado unidos de hace mucho tiempo.

La miré y supe que la quería.

Pero, ¿por qué?

Sin quererlo, se activó mi modo inmaterial. Y ella también tenía un modo idéntico, porque se hizo traslucida e intangible, inmatérica.

Nos abrazamos y nos metimos dentro de su padre, que a su vez se hizo como nosotros. Algo así como un chorro gordo de soda, como un barril sin paredes de madera, sólo el contenido, flotante. Y que al atravesar una pared de papel, no deja humedad ni otro tipo de rastro.

No sé qué fumé. Nada. Usen la imaginación y verán en su mente una película hecha de letras.

Nos hicimos EL UNO, la unidad. Ya no había dolor ni ansiedad. Fuimos al pueblo y todos y todas y todes huían. No querían ser parte de la unidad. Querían sufrir su individualidad.

Me acordé de un gordo vestido de furro peronista. Iba por todos lados cantando la marcha peronista, pero con esta letra:

¿Pa' qué tomás / si te hace mal? / ¿Pa' qué bebés / si no podés? / Tomá café / que te hace bien / hacés pavadas y no las ves.

Finalmente, antes de atacar a los niños a mordiscones, les gritaba "¡Nadie está a salvo de mis peludos abrazos!"

Lo abatieron con las pistolas taser y no lo mataron. Pero prohibieron las pistolas taser.

Pero bueno, todo el pueblo se transformó en EL UNO.


FIN.