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Finalmente Milei ganó la presidencia. El papel de Alberto estaba desdibujado, ya que el candidato Massa era ministro de economía y presidente honorario. Además de que todas y todes sabíamos que la vicepresidenta Cristina Fernández manejaba los hilos desde la oscuridad, como Kankuro de la aldea de la arena manejaba a sus tramposas marionetas para emboscar a los ninjas desprevenidos.

Alberto fue a buscar consuelo en la guitarra. Lentamente la desenfundó. Arpegió un poco para aclimatar sus dedos llenos de dolor por la derrota de su partido y aclaró su garganta. Vació una botella de moscato helado y un sifón de soda, el llamado "albertítere".

Es el muñeco más triste, pensé.

Tocó un interesante tracklist fogonero, esto es, canciones para tocar en la playa, alrededor de un fueguito. Un fogón. Una congregación de hippies prestos a hacer el amor, embriagados o endrogados, compartiendo la música y la bebida. Compartiendo la despreocupación, la falta de prolijidad rítmica, melódica y armónica. Compartiendo un instante irrepetible de vida fugitiva.

"Sólo aquí" de Airbag. "Lamento boliviano" de Los enanitos verdes. "Imágenes paganas" de Virus. "Wicked Game" de Chris Isaak. "Runaway" de Del Shannon. "She is like a rainbow" y "Paint it black" de los Rolling Stones. "Ya morí" de Los Ratones Paranoicos. "Mis discos" de Adicta.

Poco a poco, un pequeño grupo de auxiliares de limpieza se reunió silenciosamente. Nadie filmó, para no dejar de apreciar plenamente presentes, al estilo mindfulness, el improvisado recital.

El canto del cisne en la descolorida casa rosada.

Creo que a nosotros nos ha tocado la horrible misión de asistir al crepúsculo de la piedad, y que no nos queda otro remedio que escribir deshechos de pena, para no salir a la calle a tirar bombas o instalar prostíbulos. Pero la gente agradecería más esto último. (Roberto Arlt)

Milei seguía siendo por su ley. Pero no era suya su conducta. Estaba poseído por la M de Ménem y Macri. Pero entonces llegó la enviada de Lilith, la beoda Bullrich. Discípula de Omar Jayyam, Bullrich, la tora ricachona se aproximó contorneando sus ebrias caderas que no mienten. Un ánfora de licor venéreo del amor, de vino de dátiles, se materializó en la mesa. Y unos vasos con hielos rústicos.



Y tras acicalarle el cabello, le procuró a Milei amor francés. Esto es, un añejo eufemismo por "sexo oral". Puede que usted no lo sepa, pero antes de que se conformaran tribus de galos y de francos, los celtas y las gentes antes que ellos también hacían el amor francés. Eran amigues que se chupaban el pico, aún antes de que se conformara Francia.

Pero bueno, a base de felaciones etílicas, Bullrich dominó al león de Judea. Y entre perros, hicieron el amor al estilo doggy-style. Y dolarizaron la economía.

Lógicamente, el país de los simios narizones SE PRENDIÓ FUEGO. Organizaciones sedientas de derechos, esgrimieron sus picas, reivindicando a Keynes. Comieron flor de balazos de goma. También hubo plomo, pero hubo que importarlo de Norte-América y abonarlo con litio y órganos humanos de niños.

China también demandó su porción orgánica (para alimentar chanchos).

Milei masajeado prostáticamente por una acaramelada Bullrich, ordenó que un container de mil pingüinos calmase a los chinos all devourer. Pero al basto territorio comunista de Oriente, fascinante dragón laborioso y depredador de arroz, tal gesto sólo le servía de aperitivo.

Bullrich le hablaba en arameo a Milei. En gíglico. En parsel. Extraía el sémen de un debilitado felino extasiado mientras Fátima Flores, miraba atónita. Aunque desde la lejanía de un sáfico yate, junto con Sofía Clérichi, mientras con un dildo de poder se procuraban ternura y sororidad de vampiresas. Dos que se quieren, se dicen cualquier cosa. Sellaron su amor con un ósculo vúlvico y lluvias doradas. Ambas decoradas de prendas prádicas (de marca Prada). Y gúchicas (de marca Gucci).

Entre besos y caricias, miraron una maratón de Steven Universe y otra de La Casa Búho. Mientras gozaban de lésbicas delicias en Marbella, una caracterizada como Marceline Abadeer y la otra como la Majin-Boo de hora de aventura.

Mientras, Milei ya no tenía sémen. Sus bolas se marchitaron. La extensiva (pero cariñosa) extracción incesante de la lujuriosa Bullrich fue libertaria. Pero irrestricta.

El amor al sémen y al poder todo lo pueden.

Para compensar al alicaído presidente, le empezó a inocular alcohol en sangre. Y cuando su sangre fue convertida en vino... ¡ella se lo bebió! Quedó convertido en una suerte de títere, como Alberto Fernández. El que fuera león, ahora era un manso pony, cabalgado por la sedienta libadora de néctares de sólidos taninos.

El amor es una magia.

Qué lindo es el amor.

Ojalá pudiera sentirlo.

Ojalá pudiese volver a creer.

"Yakko, te quiero" me susurró Dot y yo le dije que también. Ella me tocaba las mejillas, me jalaba los cachetes. "¡Ouch!", me oí decir. Y pensé que no podría seguir leyendo el artículo de Byung Chul Han sobre Steven Universe y las gemas del capital.

Dot se deleitaba conmigo. O eso parecía. Se revolvía entre mis piernas hasta que se detuvo y me miró ruborizada.

"Y sí, boluda" -pensé- "se me paró la garcha, ¿qué te pensás?"

Me miró como hablándome con sus ojos. Si yo tuviera telepatía, algo así como "¿Me la mostrás?" diría que me inquirió inocente, seria y aún, humectada.

¿Y qué le iba a decir? Era mi hermana DEL ALMA. Junto con el esquizo de Wakko, son lo único que tengo en este mundo de falsedad y horror. Los excesos criminales en Israel y Palestina son horrendos como los desastres de la guerra que ilustró don Francisco de Goya y Lucientes.

Pensando en aquellas crudas estampas de desolación, conseguí que mi pedacito se pusiera blando nuevamente. Escuché a Dot bufar. Súbitamente, se arrojó a mi cuello y me empezó a besar fuerte, no a la manera de Kokún. "Soy una vampira y te voy a chupar el pico" y así descendió a lo largo de mi cuerpo y mis pantalones volaron. Dejé de pensar en Goya y pensé en argollas. En Sonic y Tails haciendo el delicioso. En la célebre animación webm de Theobrobine donde en la tienda pokemon Lucario y Cinderace se estimulan sonriendo con música y alcohol y lo siguiente que supe fue que miraba el techo como si una bomba de placer hubiese impactado desde dentro de mi mente. Se me ocurrieron miles de chistes y en un segundo los olvidé.

Escuché a mi hermana beber mi simiente.

"Pero eres menor de edad" y ella "el alma no tiene edad" y yo "pero, pero está prohibido por las religiones abrahamicas cuya fe no cultivamos" y ella "todo vale porque la pasión no espera".

Luego ella muy divertida se puso de pie y tragó saliva nuevamente para terminar de ingerir el adherente semen que quedó en su garganta. Y bailó la coreografía de "Aserejé, dejá, dejé".

Comencé a cantar para ella, imitando a Fito Páez: "einsebi uno uva amarame an the we lee bee pee".

Ella se acercó danzando moviendo sugestivamente sus pequeñas caderas y arrodillándose sobre mí con sus piernas a mis costados me tomó de los cachetes y, sin dejar de mirarme...

1· Escriba sus pensamientos y sentimientos más profundos acerca de las experiencias de su vida o problemas emocionales que lo hayan afectado.
2· Déjese llevar y explore sus emociones y pensamientos más profundos.
3· Intente vincular su tema a sus relaciones con los demás (padres, hijos, amigos, pareja) y con su presente y futuro.
4· Escriba en primera persona.
5· No se juzgue ni se censure.
6· Escriba una supuesta carta dirigida a quien no le haya podido expresar lo necesario.
7· No se preocupe por la ortografía o la gramática.

Los mecanismos del porqué de estos efectos positivos están basados en que disminuyen las tensiones fisiológicas que conlleva el reprimir las emociones y mejora la capacidad del pensamiento y de las capacidades cognitivas, ya que al escribir se reorganiza el pensamiento y las memorias traumáticas con el consecuente alivio de sus vivencias negativas.

Sin embargo, escribir un diario "terapéutico", a pesar de los beneficios catárticos que genera y la ayuda para conocerse mejor o superar situaciones, no debe reemplazar a las terapias clásicas y reconocidas por su eficacia. Pero si usted es lol-pobre como yo, agua y ajo (a aguantarse y a joderse) kek.